Comienzan las fiestas de San Antón en la comunidad andaluza. Una de las más curiosas por su particular personaje de “el pelotero” es la de la localidad jienense de Arquillos. El 16 de enero da comienzo esta celebración con el acto conocido como renovación de voto, en el que el alcalde hace la promesa de que toda la población guardará ayuno y abstinencia para agradecer al santo la recesión de la epidemia de cólera de 1885 en el municipio. Sólo “el pelotero está libre de esta penitencia. Otras actividades destacadas de este día son la lectura del pregón de las fiestas y las tradicionales lumbres de San Antón en la Plaza de la Fuente.
La figura de “el pelotero” representa de forma burlesca al diablo y recuerda las tentaciones a las que se vio sometido San Antón en el desierto. Ataviado con vestido burlesco, reparado y custodiado durante el año por la familia Momblanc, fustiga a pequeños y mayores con un látigo al que se le ha anudado en el extremo de su cuerda una alpargata. Tan curioso personaje es interpretado por alguien que tiene alguna promesa que cumplir.
El día 18 de enero, último día de las fiestas patronales, es conocido por los arquilleros como de San Antonillo. Comienza con la Solemne Misa con la procesión, tras la procesión se procede a la bendición de todos los animales que los vecinos de Arquillos bajan a la iglesia. Acto seguido tiene lugar la degustación de paella para todos los vecinos y asistentes y continúa la fiesta hasta la noche.
Entre los monumentos más destacados encontramos la Iglesia de la Inmaculada Concepción, construida a mediados del siglo XVIII, presenta una fachada típica de los poblados colonizados en esta fecha. Otro de los lugares característicos es la Torre del Reloj. En el siglo XVIII las horas las marcaban las campanas de las iglesias. Levantar una torre municipal con la sola función de indicar las horas era algo inusual en la época y simboliza el enfrentamiento entre los poderes civil y eclesiástico que protagoniza el reinado de Carlos III.
"El Pelotero" |
La figura de “el pelotero” representa de forma burlesca al diablo y recuerda las tentaciones a las que se vio sometido San Antón en el desierto. Ataviado con vestido burlesco, reparado y custodiado durante el año por la familia Momblanc, fustiga a pequeños y mayores con un látigo al que se le ha anudado en el extremo de su cuerda una alpargata. Tan curioso personaje es interpretado por alguien que tiene alguna promesa que cumplir.
El día 18 de enero, último día de las fiestas patronales, es conocido por los arquilleros como de San Antonillo. Comienza con la Solemne Misa con la procesión, tras la procesión se procede a la bendición de todos los animales que los vecinos de Arquillos bajan a la iglesia. Acto seguido tiene lugar la degustación de paella para todos los vecinos y asistentes y continúa la fiesta hasta la noche.
Entre los monumentos más destacados encontramos la Iglesia de la Inmaculada Concepción, construida a mediados del siglo XVIII, presenta una fachada típica de los poblados colonizados en esta fecha. Otro de los lugares característicos es la Torre del Reloj. En el siglo XVIII las horas las marcaban las campanas de las iglesias. Levantar una torre municipal con la sola función de indicar las horas era algo inusual en la época y simboliza el enfrentamiento entre los poderes civil y eclesiástico que protagoniza el reinado de Carlos III.
http://www.arquillos.es/
4 comentarios:
Ahora sí, es oficial, se acabaron las Pascuas. Aunque en Arquillos se lo toman con alegría y una buena paella. Así las penas son menos penas jeje
Está visto que en Andalucía cualquier fiesta termina con una buena comida, como debe de ser.
Si siguiéramos todas las fiestas que nos pone Guada, podríamos pasarnos de parranda todo el año sin descanso.
Yo he vuelto a perderme las lumbres en mi pueblo por enésimo año consecutivo. Ya apenas recuerdo las horas en el pueblo esperando a que se iniciaran las hogueras que plagaban la ciudad. A ver si el próximo año puede ser que no me las pierda!!
¡VIVA ARQUILLOS! En Arquillos, son tradicionales los pericones, espero que vengais a mi pueblo a probarlos.
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